domingo, 15 de mayo de 2016

Ya lo dijo Passenger

Alguien importante me dijo una vez que podría ser la que le salvase. 

Desde entonces me siento en deuda con mi derecho de caer si cae.  
Desde entonces, mi capa es su abrigo para dos y las canciones que nos despegan del suelo. 

Desde ese preciso momento, aún no acostumbrada a la inestabilidad de nuestra montaña, noto la constante presencia del abismo bajo mis pies. 

Estamos tocando las nubes. 
Los problemas nos pasan de largo. 
La adrenalina araña nuestras espaldas. 

Todo lo que alcance tus oídos es tan solo el resto desnutrido y pulverizado de la risa sincera que surge, espontánea, cuando tu mano encoge mi corazón, rebosándolo. 

Puede que solo necesite rozarte, o puede que, visto de otra manera, acercándote devuelvas la vida a todas los hilos que nos cosen a la misma contradicción. 

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