domingo, 15 de mayo de 2016

Ya lo dijo Passenger

Alguien importante me dijo una vez que podría ser la que le salvase. 

Desde entonces me siento en deuda con mi derecho de caer si cae.  
Desde entonces, mi capa es su abrigo para dos y las canciones que nos despegan del suelo. 

Desde ese preciso momento, aún no acostumbrada a la inestabilidad de nuestra montaña, noto la constante presencia del abismo bajo mis pies. 

Estamos tocando las nubes. 
Los problemas nos pasan de largo. 
La adrenalina araña nuestras espaldas. 

Todo lo que alcance tus oídos es tan solo el resto desnutrido y pulverizado de la risa sincera que surge, espontánea, cuando tu mano encoge mi corazón, rebosándolo. 

Puede que solo necesite rozarte, o puede que, visto de otra manera, acercándote devuelvas la vida a todas los hilos que nos cosen a la misma contradicción. 

jueves, 12 de mayo de 2016

Nunca quisimos hablar del tiempo aunque estuviese de nuestra parte.

Él sabe hacer operaciones a corazón abierto, y ella espera temblando en la camilla, rogando que la morfina de sus labios llegue antes que el miedo. 
Busca sus dedos entre las mantas, busca sus heridas y las guarda delicadamente en la caja fuerte que tiene a la izquierda de su pecho. 
Son diferentes y el tiempo ya no dice nada. No rechista cuando le obligan a pararse en el portal.

Hoy no entras. 

Fuera. 

Vete. 

Dales arrugas pero no kilómetros. 
El largo lazo que les une acaba en punta por ambos extremos y todos estamos cansados de verles sangrar. Es inútil, no van a soltarse. 
Solo ellos han cruzado la frontera de los años, han saltado a la zona de peligro, del todo o nada desde la preciosa comodidad. 

Silencio.

Hoy llueve y están a salvo. 

  Hombro, 
           cabeza,
                 caricia, 
                        sueño. 


  Se cierra el telón.